Rodea a toda la casa un jardín verde con alegres y coloridas flores. El circulo, junto a las flores, es para poner un árbol, que no venía incluído en la caja, al menos en la versión que yo tuve. Aunque creo, que más tarde sí lo incluyeron.
Si giramos por el otro lado, encontramos una graciosa farola en la esquina. Observad la decoración de los dibujos de la fachada y ese perrito tan gracioso.
Isabel nos espera en la entrada. Ella y su esposo nos abren las puertas de su casita y nos invitan a pasar. ¡Adelante amigos!
Un estrecho pasillo sirve como recibidor y distribuidor de la casa en dos alas: izquierda y derecha.
En él encontramos un reloj de pendulo amarillo, al que se le puede dar la vuelta, si lo que queremos es en vez ver la hora en el salón y calentar el pasillo con la chimenea del salón.
Ahora Carlos nos enseña el salón. Es una acogedora sala, cuyas paredes están pintadas en rosa, y tienen dibujos del mobiliario y enseres propios de un salón. Los muebles, una larga mesa con dos sillas, tienen el mismo tono azul que la chimenea y un hermoso ventanal da al jardín.
¿Y si vienen invitados? Parece un poco estrecho el salón pero no hay problema. La pared se empuja un poquito y ya tenemos un espacio mucho más amplio.
Al lado del salón se encuentra la puerta que da al jardín o invernadero.
A Isabel le encanta cuidar de sus flores. Y tiene un truco para que estas crezcan mucho mejor. Las riega todas las mañanas y... (Giramos la rueda que señala la flecha)
La cocina de la casa es de un estilo moderno, pequeña pero muy coqueta con los muebles en blanco y amarillo, baldosas de pequeños de hexágonos naranjas y amarillo y un reloj de pared que permite calcular los tiempos de cocción para cada comida.
Pero este ala de la casa también tiene truco. Giramos la rueda que se encuentra en el exterior de la casa, justo donde indica la flecha roja...
¡Y aparece el baño!
El aseo tiene todo lo indispensable: una ducha con con mampara, lavavo y espejo redondo.
Carlos se mete en la ducha mientras Isabel se pone guapa mirándose al espejo.
Volvemos a girar la rueda y estamos en el vestidor...
Si bajamos el espejo, tenemos la tabla de la plancha. Isabel tiene un ropero envidiable, donde puede colgar todos sus modelitos y elegir más fácilmente lo que quiere ponerse para cada ocasión.
Subamos a la planta de arriba...
A la izquierda la terraza, donde Carlos ha instalado un columpio, en el que se divierte balanceándose.
A la derecha tenemos el dormitorio principal...
El techo se abre dejando entrar la luz del sol o la de las estrellas por las noches.
En el dormitorio de paredes rosas encontramos una preciosa cama doble con dos mesitas y lámparas a cada lado, un escritorio azul y un confortable sillón en el mismo color.
Si subimos la cama, ¡sorpresa! Tenemos un coqueto tocador con espejo, donde Isabel puede pintarse y arreglarse cada mañana.
Pero las sorpresas no terminan ahí. Para el resto del día necesitamos más espacio en la habitación, por eso esta cama es fácil de recoger y nos queda un práctico sofá.
Hay que renovar el aire de la habitación... Abrimos para ello el balcón y...
¡Qué bien sienta respirar un poco de aire fresco! El balcón está decorado con dos alegres macetitas.
Para finalizar cerramos por la parte trasera las dos alas de la casa y queda toda la casita recogida de este modo ocupando mucho menos.
Aquí terminamos nuestra visita a La Casa Grande de Pin y Pon. Esperamos que os haya gustado y cuando queráis volver, ya sabéis que estáis invitados. ¡Hasta otra, amiguitos!
Fin